Badator Marijaia
Apenas una semana antes del inicio de las renacidas fiestas de 1978, la Comisión encargó a la artista Mari Puri Herrero la realización de un muñeco que habría de servir como seña de identidad tomando como base la dama de Anboto. Así nacía Marijaia, una mujer de cuatro metros de altura, con los brazos alzados en actitud festiva y maternal, vestido llamativo y sonrisa eterna, que aparecería por sorpresa en el primer acto.

Durante los largos y negros años de dictadura franquista en Bilbao no había fiestas. Si, estaba la llamada Semana Grande de agosto, pero solo ofrecía espectáculos de pago, opera, toros, teatro… no tenía ni identidad propia ni participación de la ciudadanía. El año 1978, con una gestora municipal en el Ayuntamiento y con un alcalde en funciones, Jose Luis Berasategui, que no se presentaría a las elecciones, se convocó el Concurso de Ideas «Hagamos populares las Fiestas de Bilbao». El jurado seleccionó dos trabajos y el reparto del premio se hizo de la siguiente forma: El 75% del premio se lo llevó el proyecto «Txomin Barullo» presentado por la Comisión de Cultura y Arte de la Organización en Bizkaia del Eukadiko Mugimendu Komunista (EMK). Y el 25% restante se lo llevó el proyecto «Tximbo Zarra» presentado por Luis Cardas.

Marijaia empieza a construirse a principios de julio, y casi en el último momento se eligen, en las mejores sastrerías de Bilbao, las telas que la vestirán

Se creó una Primera Comisión de Fiestas abierta y popular y la Coordinadora de Comparsas. Dentro de la dinámica emprendida para recuperar señas de identidad de nuestro pueblo, la Comisión se propuso recuperar los Gigantes, cuya tradición en las fiestas se remontaba al siglo XVI, y a Gargantua. De la última generación de 8 gigantes realizada en 1962 (Don Terencio y Doña Tomasa, El aldeano y la aldeana, el inglés y la bilbainita , y el angulero y la sardinera) no quedaba ninguno, y solo se podía contar con 6 cabezudos desconchados y sin ropaje. Por fin, la tarde del 19 de agosto de 1978 en Begoña la txupinera Mª Jesus Aguirregoitia de la konparsa Uribarri disparaba el txupin. Había nacido la Aste Nagusia, ¡las mejores fiestas del mundo! Y allí aparecería por primera vez y por sorpresa Marijaia.

Hoy, esta musa de las fiestas, cuyas manos se rellenan de hierba cortada en el Gorbea en luna llena, se ha hecho imprescindible y nos acompaña durante toda la semana para, como colofón, arder en medio de la ría. Eso sí, para volver a renacer en la plaza del Arriaga el próximo agosto.
En 1997 con letra de Edorta Jimenez y música de Kepa Junkera se crea la canción que se ha convertido en la banda sonora de la Aste Nagusia, aquí tenéis el video y la letra.